Desde la muerte de Franco hasta la promulgación de la Constitución, está comprendida la primera etapa de la transición a la democracia.
Al comienzo, hubo varias inclinaciones políticas: unos defendían la continuidad del régimen franquista, otros, apostaban por una reforma, y finalmente la mayoría se inclinaban por la ruptura con el pasado y la construcción de un nuevo sistema político basado en la democracia.
Dos días después de la muerte de Franco, el 22 de noviembre, Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey. A continuación, el monarca puso al frente del gobierno a Carlos Arias Navarro. Cuando Arias Navarro presento su programa de gobierno ante las cortes, se hizo evidente su inclinacion franquista con un planteamiento reformista del todo insuficiente.
La oposición, para presionar a favor de una altrernativa dmocrática, tomó la iniciativa política, definiendo así un programa común para todas las fuerzas antifranquista. Según esto la junta democrática y plataforma de convergencia democrática se unieron en la coordinación democrática en la que se demanda la ruptura democrática, es decir, que mediante unas elecciones generales y un gobierno provisional se eligiera un nuevo sistema político. Además, promovieron movilizaciones populares para reclamar la libertades democráticas y la amnistía para los presos políticos. Las movilizaciones de 1975-76 fueron las más características.
En Cataluña, País Vasco, Madrid y Vitoria, fueron algunas ciudades donde se produjeron dichos movimientos, en los que la fuerza opositoria reaccionó con violencia.
